jueves, 26 de febrero de 2009

SEXUALIDAD HUMANA: DON Y CONFIANZA

LISANDRO ORLOV, NUESTRO AMADO CONDISCÍPULO Y PASTOR DE LA IGLESIA LUTERANA ARGENTINA, NOS ENVÍA ESTE IMPORTANTE APORTE DOCUMENTAL SOBRE UNA PROPUESTA DE PRONUNCIAMIENTO SOCIAL DE LA IGLESIA EVANGÉLICA LUTERANA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
NORTE AMÉRICA:

Sexualidad humana: don y confianza

Resumen ejecutivo

Los pronunciamientos sociales de la ELCA son documentos teológicos y de enseñanza. Estos ayudan a la IELA y a su membresía a formar opiniones informadas sobre problemas sociales desde una perspectiva de fe. Su intención es la de cultivar la deliberación comunitaria y la formación moral en las personas. Los mismos gobiernan la política institucional de esta iglesia en términos de su testimonio social y guían su labor como iglesia pública. Estos pronunciamientos se desarrollan a través de un extenso proceso de deliberación en el que participa toda la iglesia y se adoptan por una mayoría de dos tercios en una asamblea de la organización nacional. Este pronunciamiento social está abierto a revisión por parte del Consejo Eclesial de la IELA y será considerado y sometido a votación por la Asamblea de la Organización Nacional de la ELCA en Minneapolis, entre el 17 y el 23 de agosto de 2009.

Para entender este pronunciamiento social es necesario señalar tres enfoques fundacionales que cimentan el texto:

Este pronunciamiento social se basa en principios luteranos claves que conforman la manera en que las personas luteranas disciernen cómo vivir la fe en un mundo complejo. Entre estos principios se encuentran las Escrituras como la Palabra viva de Dios, la justificación por la gracia mediante la fe a causa de Cristo y la vocación luterana de servir al prójimo en la vida cotidiana.

Las Escrituras enseñan que hemos sido creados para las relaciones. La orientación fundamental de este documento es la diferenciación entre una buena y una mala relación. Nuestro modelo de buena relación es la fidelidad total y confiable de Dios a las promesas de Dios y al pueblo de Dios; por lo tanto, este pronunciamiento propone que se consideren todas las relaciones humanas a la luz de la confianza, la fidelidad y el compromiso. En relación a la sexualidad, tanto el comportamiento humano como las estructuras sociales que creamos son dignas en cuanto promueven la confianza, el compromiso y la protección para quienes son vulnerables.


La sexualidad humana no se limita a lo que es privado o individual, sino que está profundamente moldeada por las prácticas y fuerzas culturales. La economía, los negocios y la publicidad, los papeles sociales, la medicina y la ciencia y la multiplicidad de formas en las que nos entretenemos—todo ello es pertinente para una consideración de nuestra forma de entendernos como seres sexuales y de la manera de actuar en nuestras relaciones con los demás. Además, es esencial entender la manera en que las estructuras sociales sirven de refugio, sostienen y protegen las relaciones personales, familiares y sociales. Una parte del llamado de esta iglesia consiste en evaluar las fuerzas sociales y las estructuras sociales a la luz de lo que es bueno para el prójimo.


Sexualidad Humana: Don y Confianza aborda la siguiente pregunta: ¿cómo entendemos la sexualidad humana dentro del contexto de la invitación de Jesús a amar a Dios y amar a nuestro prójimo? (Romanos 13:9–10; Gálatas 5:14.)

Este pronunciamiento social comienza con una explicación de principios luteranos claves que informan la manera en que las personas luteranas disciernen cómo vivir la fe en un mundo complejo. En especial se enfoca en cómo la sexualidad humana se relaciona a la vocación luterana de servir al prójimo.La creación y protección de la confianza en las relaciones humanas y las instituciones sociales son centrales en la vocación de servicio al prójimo. De acuerdo con las Escrituras, se entiende la confianza como una característica fundamental de las buenas relaciones. En respuesta a la relación fiel (digna de confianza) del amor de Dios en Cristo para el mundo, buscamos ser confiables en nuestra sexualidad humana y crear instituciones y prácticas sociales donde puedan prosperar la confianza y las relaciones confiables.

Cuando Dios creó a los seres humanos, la sexualidad pasó a formar parte integral de su naturaleza. La sexualidad es un don bueno y maravilloso, una combinación rica y diversa de posibilidades e interacciones relacionales, emocionales y físicas. Por culpa del pecado, sin embargo, la sexualidad puede ocasionar un gran daño.Este pronunciamiento afirma el papel de la ley de Dios en el mundo para revelar el pecado, limitar el mal comportamiento e indicar el camino a todas las personas para que sirvan al prójimo. La ley de Dios nos instruye sobre cómo proteger y alimentar las relaciones y edificar la comunidad.

Sexualidad y estructuras sociales que aumentan la confianza social.

Ninguna relación ni estructura social puede prosperar en la ausencia de confianza. Dos de esas estructuras sociales fundacionales son el matrimonio y la familia. Las personas luteranas creen que Dios obra por medio de estas estructuras para el bien de la sociedad.La confianza y reciprocidad que proporciona el matrimonio ofrecen una de las formas más bellas, permanentes y transformadoras de relación humana. Esta iglesia entiende el matrimonio como una alianza de promesas mutuas, compromiso y esperanza, legalmente autorizada por el estado y bendecida por Dios. La histórica tradición cristiana y las Confesiones Luteranas han reconocido el matrimonio como una alianza entre un hombre y una mujer.El compromiso y responsabilidad pública para toda la vida del matrimonio proporcionan el contexto para que crezca la confianza y prosperen las personas, creando la posibilidad para el cuidado y atención de los niños y otros que son vulnerables. Las promesas públicas del matrimonio entre un esposo y una esposa también protegen a la comunidad al hacer a las personas responsables por sus votos. La fidelidad a las promesas bendice a todas aquellas personas que dependen de esta confianza dentro y fuera del matrimonio.Precisamente porque el matrimonio es el lugar donde residen las profundas necesidades y la confianza humana, también puede ser un lugar de gran dolor. Muchas personas no experimentan ni amor ni confianza dentro del matrimonio. Por ello, se debe tener un especial cuidado en apoyar y encontrar un refugio seguro para todas aquellas personas que se encuentran en una situación de riesgo dentro de un matrimonio. Esta iglesia proporcionará apoyo pastoral a todas aquellas personas que estén divorciadas y para las necesidades especiales de familias mixtas, niños de padres divorciados y las tensiones particulares que pueden seguirle a una ruptura y transición familiar.

Ha sido sólo en las últimas décadas que esta iglesia ha comenzado a entender de nuevas maneras la necesidad de las personas orientadas hacia su mismo género sexual de buscar relaciones de compromiso y compañía para toda la vida así como la responsabilidad pública y apoyo legal para esos compromisos. Esto ha generado ideas divergentes sobre el lugar de tales relaciones dentro de la comunidad cristiana. Existen desacuerdos en esta iglesia y en la más amplia comunidad cristiana sobre si matrimonio es también el término apropiado a utilizar para describir beneficios, protección y apoyo similares para las parejas del mismo género sexual que emprenden relaciones monógamas para toda la vida.Aunque por el momento no existe consenso en esta iglesia sobre esta cuestión, la iglesia alienta a todas las personas a vivir su fe en la comunidad local y global del pueblo bautizado con profundo respeto hacia la creencia y la conciencia del prójimo. Esta iglesia también hace un llamado al respeto mutuo y pide la guía que busca el bien de todas las personas. Al tiempo que convivimos con divergencias, las personas en esta iglesia seguirán acompañándose las unas a las otras en el estudio, la oración, el discernimiento, la atención pastoral y el respeto mutuo.

Esta iglesia considera a la familia como una institución social indispensable por su papel en el establecimiento de condiciones de confianza y protección para aquellas personas vulnerables. La erosión de la seguridad o la confianza en el seno de una familia, en particular debido al abuso sexual o a la traición a las promesas y compromisos, constituye un perjuicio flagrante precisamente porque ocurre dentro del contexto donde más se presupone la confianza.En este país y en nuestras congregaciones, las familias se forman de muchas maneras. Todas las familias tienen responsabilidad en las tareas de proporcionar seguridad, proteger la intimidad y desarrollar relaciones confiables. Las personas luteranas se preocupan mucho por apoyar todo aquello que crea y sostenga a las familias como cimiento y apoyo de la confianza.El contexto de una familia sana nutre el crecimiento, aumenta la confianza y ofrece protección. Esto es especialmente cierto para la niñez y la juventud en su crecimiento hasta alcanzar la madurez sexual. La seguridad dentro y fuera de la familia es de primordial importancia. Las congregaciones y otros lugares de ministerio deben proseguir con sus esfuerzos para ser lugares seguros para la niñez y la juventud.La IELA considera la excesiva exposición a la sexualidad adulta de la niñez y la juventud en proceso de maduración emocional como una falla por parte de las personas adultas y la sociedad. A todas las personas e instituciones en la sociedad les propone el reto de cumplir con su responsabilidad de proteger y cuidar a la niñez y la juventud así como de hacer lo necesario para su desarrollo adecuado.Esta iglesia prestará especial atención a la educación sexual de los niños y los adolescentes, incluyendo la manera en que se apoya y acompaña a la niñez y la juventud en su formación sexual y relacional.

Sexualidad y confianza en las relaciones

Las personas no necesitan estar en una relación íntima para experimentar la propia sexualidad. Esto significa que a lo largo de la vida necesitamos encontrar formas apropiadas y enriquecedoras para dar expresión a esta complicada dimensión de nosotros mismos.Un sentido sano de la sexualidad está relacionado con tener una imagen sana del cuerpo. Esta iglesia enseña que preocuparse por el cuerpo y seguir las prácticas que llevan a un bienestar físico y emocional forman parte de la mayordomía de la bondad de la creación.Esta iglesia llama la atención sobre el inmenso valor que tiene la amistad para las personas en todas las etapas de la vida. La violación de las relaciones de confianza con propósitos sexuales es ofensiva e inaceptable.En la manera en que en una relación se establecen la fe y la confianza mutua, la expresión física se vuelve más íntima de manera natural. Por esta razón, la iglesia enseña que grados de intimidad física deben ir cuidadosamente de la mano de grados de creciente afecto y compromiso. Por lo tanto, esta iglesia se opone a las relaciones sexuales no monógamas, promiscuas o casuales porque tales encuentros fugaces no proveen el espacio para la confianza en la intimidad sexual.Esta iglesia no está a favor de las relaciones de cohabitación fuera del matrimonio, aunque sí reconoce las fuerzas sociales que están detrás que promueven tales prácticas. Esta iglesia cree que la mejor forma de prestar servicio al deseo más profundo por un sentido de valor personal, compañía para largo plazo y profunda seguridad, especialmente si se tiene en cuenta la propensión humana al pecado, es por medio del compromiso permanente, las protecciones legales y la responsabilidad pública del matrimonio, especialmente donde la pareja esté rodeada de las oraciones de la comunidad y las promesas de Dios.

Sexualidad y responsabilidad social

Los contextos y fuerzas sociales tienen una marcada influencia en el comportamiento sexual humano. Esta iglesia debe estar preparada para hacer oír su voz allí donde tales fuerzas causen daño. Se opondrá, en particular, a todas las formas de explotación sexual dentro y fuera de esta iglesia. La justicia para las mujeres en la iglesia y en la sociedad debe seguir siendo una dimensión importante de la respuesta luterana.Esta iglesia advierte con grave preocupación tanto sobre la mercantilización pública del cuerpo humano en cuanto activo económico como sobre el multimillonario mercado sexual global. La posibilidad de ganancia económica no es una base moral suficiente como para utilizar la sexualidad humana con fines que dañen a las personas o socaven la confianza social. La responsabilidad cristiana incluye mencionar por nombre las fuerzas económicas y monitorear las formas en que éstas constriñen o apoyan las estructuras sociales y elecciones individuales sanas. Esta iglesia cooperará con instituciones públicas y privadas para crear estructuras, políticas y prácticas de responsabilidad con el fin de apoyar las normas sociales de protección.Esta iglesia no tolera el abuso del cargo ministerial para obtener gratificación sexual personal. Tales violaciones no sólo causan un grave daño a las personas y las congregaciones sino que también dañan gravemente la credibilidad del ministerio público al que están llamados esta iglesia y sus líderes.El lugar de trabajo exige la existencia de límites apropiados, mantenidos por medio del respeto, el sentido común, las mejores prácticas y las protecciones legales. Esta iglesia mantiene su compromiso con sus esfuerzos por hacer que las congregaciones, sínodos y oficinas de la organización nacional sean lugares seguros y sanos para vivir y trabajar.

En su búsqueda por la guía del Espíritu Santo, esta iglesia discierne la dirección para vivir en medio de todas las complejidades, conflictos, dolores, descubrimientos y alegrías de la vida social e individual. Al estar, de manera simultánea, cautivos por el pecado pero también libres y perdonados como personas de fe, caminamos juntos de manera humilde pero valiente hacia el futuro prometido por Dios.

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